Viceministro de ordenamiento ambiental del territorio, Roberto Mario esmeral, aseguró que mantienen la meta de reducir 36 millones de toneladas de co2 en tres años.
Mientras los ojos del mundo fijan su mirada en la Cumbre Climática COP25, que en este momento se adelanta en Madrid, España, Colombia continúa avanzando en robustecer su hoja de ruta en materia de reducción de emisiones, lucha contra el cambio climático, transición energética, movilidad eléctrica y deforestación.
Estos ejes, si bien están dentro de las metas del Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, buscan promover mejores prácticas no solo desde las ciudades capitales, sino también desde los territorios.
Esa quizás fue una de las principales conclusiones que arrojó el foro, ‘Justicia climática ¿están en riesgo nuestros derechos?’, organizado por Maloka. En este encuentro, que contó con la participación de ambientalistas, académicos y sector privado, el viceministro de Ordenamiento Ambiental del Territorio, Roberto Mario Esmeral Berrio, dio un panorama sobre la realidad del país en materia ambiental, los desafíos a los que se enfrenta y lo que se ha trabajado desde el Gobierno.
“Hemos venido sacando políticas públicas de tal manera que se puedan cumplir los objetivos sostenibles (…). Ya nos pusimos una meta de reducir 36 millones de toneladas de CO2 a 2022, para eso hemos querido cambiar la manera de cómo se hacen las cosas”, dijo.
Uno de los objetivos a los que le apuesta Minambiente, añadió el Esmeral, es que se territorialicen las estrategias de cambio climático. La razón de esta medida se da, según él, debido a que las problemáticas de cambio climático son diferentes en cada una de las zonas. “Quisimos pasar de recetas de cocina a soluciones en todos los territorios. Identificamos soluciones en cada uno de los territorios, y en eso estamos trabajando”, aclaró.
Con este trabajo, el Ministerio de Ambiente apunta a diseñar planes desde los territorios, junto al apoyo intersectorial de varias industrias. Así, afianzar la gestión de residuos, la deforestación y la movilidad eléctrica, que, para el Viceministro, permitirá mejorar los índices de calidad del aire y promover una mayor cultura ciudadana.
“Es necesario que nosotros nos empoderemos del cambio climático. Y eso significa ser responsable de las emisiones. Estamos trabajando en generar las oportunidades y los incentivos para lograr estos propósitos”, explicó Esmeral, quien agregó: “otra cosa que quería contarles es que tenemos una estrategia de pagos por servicios ambientales. En el marco de esta estrategia, aumentamos las áreas de conservación de 65.000 hectáreas a 183.000 hectáreas. Esto está beneficiando a 11.000 familias que ayudan en la conservación en esas áreas de importancia estrategia ambiental”.
Ante los objetivos y retos, Adriana Correa, presidente de Maloka, hizo un llamado a que es necesario que el sector privado se involucre en las discusiones. Según la ejecutiva, “son temas que tocan no solo las ciencias naturales, sino también la biotecnología, la bioeconomía, las ciencias de la vida y las industrias creativas”.
Pese a que tan solo su reflexión se centró en los derechos humanos, añadió que “entre todos” se necesitan buscar espacios para trabajar en la lucha contra el cambio climático, las emisiones de efecto invernadero y la conservación de especies.
En concreto, Esmeral y Correa explicaron que el trabajo se apoya desde las políticas públicas del Gobierno, se afianza desde el brazo empresarial del país y se consolida desde cada uno de los ciudadanos.
La visión desde los territorios
Uno de los panelistas invitados al encuentro de Maloka Conversa fue Miguel Dionisio Ramos (Yauenkü Migue), actor de la película colombiana ‘El abrazo de la serpiente’. Dionisio, quien es indígena Ticuna, habló sobre cómo se está viviendo el cambio climático desde el Amazonas. En su reflexión, añadió que desde su comunidad ya se ha visto un cambio en la producción agrícola por los ajustes del clima. De hecho, aseguró que mientras antes las noches eran cálidas, ahora se siente calor. “En este momento todo ha cambiado y es diferente. Ya se ha afectado el ambiente, y la situación en casa. Ya empezamos a comprar ventilador y nevera. El cambio climático sí nos afecta a nosotros, a nuestro pueblo Ticuna”, concluyó.
EPM busca que a 2030 Medellín sea la ciudad con más eléctricos
Ana Milena Joya, gerente ambiental y social de Empresas Públicas de Medellín, aseguró que en la estrategia de sostenibilidad de la empresa se está apostando a que a 2030 Medellín sea la ciudad del país con más carros eléctricos. Para eso, añadió que las inversiones de la empresa están enfocadas en el desarrollo de infraestructura que permita la consolidación de estos carros.
“Se necesita pedagogía y educación en las regiones”
El indígena Ticuna Miguel Dionisio Ramos, o Yauenkü Migue, explicó que la educación y la pedagogía está “mal planteada” en los pueblos indígenas. Eso afecta que el trabajo en el ambiente se pierda y que no se pueda lograr un impacto en los territorios (…) El Gobierno debe seguir capacitando a varios muchachos de las comunidades”, dijo.
Kevin Steven Bohórquez Guevara
La República