La junta del GEB ratificó en la presidencia de la empresa a Astrid Álvarez por dos años más para fortalecer el plan que se ha adelantado.
La Junta Directiva del Grupo Energía Bogotá dio a conocer que ratificará en la presidencia de la multilatina a Astrid Álvarez, quien llegó al cargo en 2016. Esta decisión se tomó a partir del estudio de logros que ha alcanzado la directiva en estos últimos tres años, entre los que se destaca el alza de la acción de la compañía en 30% y el aumento de la presencia de la firma en otros mercados de la región.
Esta decisión se hace relevante no solo por la gestión de Álvarez, sino por los estándares de gobierno corporativo que el GEB mantiene en su operación, y que darían cuenta del compromiso que tiene la energética con sus accionistas, que además de contar con un porcentaje de capital público, busca preservar las buenas prácticas para los accionistas minoritarios.
Este tema del gobierno corporativo suele ser controversial para muchos, pues del buen manejo de este dependen los resultados de una empresa, es por ello que mantenerlo en las mejores condiciones en una transición administrativa de gobiernos es lo ideal para que no se afecten los intereses de los actores principales; que para este caso son muchos, pues el GEB es una empresa de capital mixto que debe proteger el valor estatal, accionistas minoritarios, y en general todos los capitalinos que se benefician de las utilidades que genera la empresa.
En cuanto a las acciones de gobierno corporativo que viene desarrollando el GEB, Luis Fernando Martín, director del PHD del Aden Business School, afirmó que la empresa, en cabeza de Álvarez, lo viene haciendo bien, reflejado en el aumento de la acción, y de los buenos resultados financieros que en el tercer trimestre alcanzaron ingresos por $1,3 billones, esto significó un crecimiento de 21,6% si se compara con el mismo periodo de 2018. En cuanto al margen Ebitda el reporte para julio y septiembre alcanzó los $580.286 millones con alza de 7% anual.
Sobre el tema, Rafael Herz, presidente de la Junta Directiva del GEB, afirmó que lo más relevante es proteger el Gobierno corporativo, ya que no se puede dejar a la empresa a “las interferencias de los vaivenes políticos que se pueden dar”.
Ana María Sánchez
La República